Santiago sigue haciendo historia
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- En este articulo: Consejo de Ministros Recorrido de Trabajo
El recorrido del Consejo de Ministros a la cuna de la Revolución, encabezado por el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, culminó con un sencillo homenaje en el cementerio Santa Ifigenia, la visita a una escuela formadora de maestras y el habitual encuentro final con directivos de la provincia
Apenas amanecía en Santiago cuando el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó al cementerio patrimonial Santa Ifigenia, sitio inevitable para quien visita esta hermosa ciudad que se levanta cada mañana a trabajar, acompañada de la impresionante historia que habita en todas sus calles.
Luego del cambio de guardia, que sucede con la exactitud de un reloj y parece que retumba el piso con el paso de los jóvenes soldados, el mandatario junto a su esposa, Liz Cuesta, depositó una rosa blanca en la piedra de granito que guarda la urna de cedro con las cenizas del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Después de unos segundos frente al monolito que recibe más de medio millar de visitas diarias, Díaz-Canel rindió sentido honor también a Martí, a Céspedes, a Mariana; y caminó hasta las nuevas tumbas de José Maceo Grajales y de Perucho Figueredo, que ya están listas para resguardar los restos fúnebres de ambos mambises cubanos.
Todo ello antes de comenzar el habitual ajetreo de su agenda como parte de la visita del Consejo de Ministros, que ha traído hasta aquí a 22 cuadros del primer nivel de dirección del país.
DE DONDE SALE EL FUTURO DE LA PATRIA
Hasta el colegio donde en sus tiempos estudió el joven Frank País, conocido aquí como Escuela Normal, se trasladó luego el Presidente porque allí radica ahora la Escuela Pedagógica Floro Regino Pérez Díaz, que forma a 446 jóvenes educadoras de Círculo Infantil y es única de su tipo en Cuba.
Un lugar con ángel, les pareció a muchos de los que allí estuvieron en la mañana de este viernes, no solo por la imagen viva en sus aulas del líder de la clandestinidad, sino por la decencia y locuacidad de las muchachas que provienen de toda la geografía santiaguera. Así lo dijo el mandatario luego de compartir con ellas en el aula tecnológica de la Primera Infancia acerca de las motivaciones profesionales, los horarios de estudio, las condiciones de los albergues, la alimentación, las prácticas profesionales en los círculos de sus comunidades, la situación internacional que impacta en la Isla y el futuro que se ha dibujado para los jóvenes en la nueva Constitución.
Ellas le hablaron de una institución renovada, bonita, con profesores de excelencia y privilegiada en la provincia por el impacto que tiene en la formación de las nuevas generaciones de cubanos. De eso también comentó Díaz-Canel, del orgullo de que el futuro de los niños esté en manos de estudiantes tan preparadas, que han elegido por altruismo una profesión que exige muchos sacrificios durante toda la vida.
También con sus maestros compartió, acompañado por la ministra del sector, Ena Elsa Velázquez Cobiella. Los instó a continuar la preparación con tesis de maestría y doctorado; a mantener la relación humana entre alumnos y profesores, aun cuando se utilicen medios tecnológicos para impartir clases; a no descansar en la formación de valores, en medio de una ofensiva seudocultural implacable; y a cultivar la cultura del detalle en las aulas, en los pasillos de cada escuela, incluso en la vestimenta que debe lucir un pedagogo.
Antes de dar fin al encuentro en pleno corazón de la ciudad de Santiago, Díaz-Canel subrayó la responsabilidad tremenda de los maestros que tienen en sus manos la principal riqueza de Cuba: sus niños y jóvenes.