Santa Clara, la ciudad que abraza
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En la tercera jornada de trabajo de este miércoles el pueblo villaclareño dio la bienvenida al Presidente Díaz-Canel con el cariño y respeto que se recibe a un hijo, con el amor de siempre.
La ciudad de Santa Clara abraza. Es la segunda visita gubernamental que encabeza el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a la provincia de Villa Clara. En la tercera jornada de trabajo de este miércoles el pueblo le dio la bienvenida con el cariño y respeto que se recibe a un hijo, con el amor de siempre.
En medio de la pertinaz llovizna de la tarde, el recorrido del mandatario cubano incluyó áreas remozadas de la ciudad como el amplio complejo cultural-recreativo “Los Pinos”; la Heladería Coppelia, así como los hoteles América y Santa Clara Libre, todos distinguidos por la cultura del detalle y el buen trato.
“¿Cómo es el servicio? ¿Los atienden bien?”, interrogó a la población en cada uno de ellos. Las respuestas afirmativas y el agradable entorno parecían dejarlo satisfecho.
“Un bello y nuevo espacio para la ciudad más santa y más clara de Cuba”, escribió Díaz-Canel junto a su firma en una de las paredes de la recién inaugurada Bodeguita del Medio de Santa Clara. Es un lugar agradable y hermoso, donde el trato diligente y esmerado da fe de un servicio de excelencia que los visitantes agradecen.
En el céntrico parque Leoncio Vidal la multitud otra vez se agolpa. Todos quieren saludar al Jefe de Estado cubano, al amigo de los años mozos; abrazarlo; plantearle alguna inquietud; ofrecerle consejos, o sencillamente decirle que está trabajando bien y que se cuide de la lluvia.
Él, arropado entonces por la ciudad que lo vio crecer como dirigente, desde los duros años del periodo especial, no hace más que agradecerles a todos por el cariño, por la confianza en la Revolución.
“Hemos visto cosas interesantes”, confiesa, y les asegura encontrar una ciudad más bonita que en su última visita.
La tierna imagen de una niña, captada por una colega, recorre las redes. Nunca llegamos a escuchar su nombre ni su edad, solo que escapó de manos de su madre porque quería conocer al Presidente.
Entonces, como un sortilegio de buena ventura y esperanzas, ella se aferró fuerte a su brazo para seguir caminando junto a él. A su escasa edad la pequeña de seguro desconoce el significado de palabras como continuidad y Revolución, a ella solo le basta saberse protegida y tomada en cuenta.