Cuba flexibiliza su protocolo de enfrentamiento a la COVID-19 e insiste en la autorresponsabilidad
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Sobre la trascendencia de las nuevas decisiones adoptadas en el país asociadas al enfrentamiento a la COVID-19 y el papel que corresponde desempeñar a la población desde la responsabilidad individual, se intercambió este lunes en la reunión del Grupo de Trabajo del Gobierno para la prevención y el control del virus que encabeza el Presidente de la República y dirige el Primer Ministro.
Alentadores resultados muestra Cuba en el control de la COVID-19 desde hace varios meses. Actualmente son nueve las semanas en que de manera consecutiva se evidencia una disminución sostenida de los contagios y cada vez son menos las personas que fallecen como consecuencia de la enfermedad o requieren hospitalización en las unidades de cuidados intensivos.
Ante esa realidad, y teniendo en cuenta los elevados niveles de inmunización que se han logrado, el país ha decidido ajustar su protocolo ante la enfermedad y modificar algunas de las medidas contenidas en el Plan Nacional de enfrentamiento.
Sobre la trascendencia de esas decisiones y el papel que corresponde desempeñar a la población desde la responsabilidad individual, se intercambió este lunes en la reunión del Grupo de Trabajo del Gobierno para la prevención y el control de la epidemia, que encabeza el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«El hecho de que se elimine la obligatoriedad del uso del nasobuco no quiere decir que nos descuidamos de todo», enfatizó durante el intercambio el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
No estamos aprobando la eliminación del nasobuco, sino la eliminación de su uso obligatorio —insistió— de ahí la responsabilidad individual que asume cada persona a partir de este momento. Mantener la percepción de riesgo es fundamental, aun cuando tenemos un fuerte control del virus a partir de todas las medidas que se han adoptado, reflexionó.
Acorde con esas nuevas acciones que se pondrán en práctica, el Primer Ministro informó que este Grupo de Trabajo pasará a sesionar semanalmente, y en ese contexto se realizará el balance de la situación epidemiológica de la semana, la marcha de la implementación de las medidas y de manera general se continuará el seguimiento a la enfermedad.
Igualmente, dijo, se mantendrá el habitual encuentro semanal que sostiene la máxima dirección del país con el grupo de expertos y científicos que en el transcurso de estos dos años ha participado de forma directa en el enfrentamiento a la COVID-19.
Al hacer referencia al actual contexto epidemiológico que vive la nación, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, destacó aspectos esenciales que ratifican el control de la enfermedad que desde hace semanas vive Cuba.
Durante el mes en curso, precisó, ha seguido disminuyendo la transmisión del virus respecto a abril, y aunque los mayores niveles de este indicador se concentran en las provincias de La Habana, Camagüey, Artemisa, Villa Clara y Mayabeque, las cifras en todo el país van siendo cada vez más bajas.
Particularmente acerca del gráfico que ilustra el comportamiento de los contagios por semana, Portal Miranda comentó que en esos números se puede apreciar claramente el descenso que se ha producido en el país por nueve semanas de forma ininterrumpida. También los casos activos —dijo— van teniendo el mismo comportamiento al descenso.
Si bien provincias como Mayabeque, Matanzas y Guantánamo incrementaron la incidencia de la enfermedad al cierre de la última semana, de acuerdo con la valoración realizada por el Ministro de Salud Pública, las cifras son insignificantes teniendo en cuenta momentos anteriores de la epidemia.
Específicamente acerca de la letalidad señaló que en el mes de mayo han fallecido dos personas como consecuencia de la enfermedad: ninguna de ellas en las últimas dos semanas. Son 19 días en los cuales no hemos tenido que lamentar muertes a causa de la COVID-19, refirió.
De este favorable comportamiento de la enfermedad que se evidencia en el país se había comentado poco antes en la reunión sostenida por el Presidente de la República y el Primer Ministro con el grupo de expertos y científicos, cuyos pronósticos prevén que se mantenga la tendencia al control y al descenso de casos.
MEDICINA NATURAL Y TRADICIONAL EN LA AGENDA
En la agenda del encuentro de esta semana con los expertos y científicos se debatió sobre la importancia que tiene para Cuba el desarrollo y la aplicación de la medicina natural y tradicional, una práctica que desde hace años se fomenta en todo el territorio nacional.
Según la información ofrecida por el doctor Johann Perdomo Delgado, jefe del departamento de Medicina Natural y Tradicional del Ministerio de Salud Pública, en la actualidad existe un cuadro básico de productos naturales, adjunto al cuadro básico de medicamentos del país, que asciende este año a 173 renglones y ha venido creciendo de manera sostenida desde el 2015, fecha en que se implementó el plan de acciones para garantizar el desarrollo y consolidación de la medicina natural y tradicional.
Actualmente, detalló, ese cuadro básico cuenta con 111 renglones de producción local y 62 que son aportados por la industria. De manera sostenida, aseguró, se ha logrado ir incrementando la producción de este tipo de formulaciones farmacéuticas: 77 centros de producción local de medicamentos asumen el 82,3% del Plan Nacional.
Tras el inevitable reajuste que fue necesario hacer en estas producciones como consecuencia de la COVID-19, Perdomo Delgado aseveró que al cierre del primer cuatrimestre de este año se evidencia una recuperación.
Cuba —dijo— reconoce la medicina natural y tradicional como una especialidad médica integradora y holística de los problemas de Salud, que emplea métodos para la promoción de salud, prevención de enfermedades, su diagnóstico, tratamiento y rehabilitación a partir de los sistemas médicos tradicionales y otras modalidades terapéuticas que se integran entre sí y con los tratamientos convencionales de la medicina occidental moderna.
El uso de esta medicina, enfatizó, no depende exclusivamente de dificultades económicas, de carencias, sino que es una opción terapéutica más, que se emplea en todo el mundo cada vez con mayor amplitud.
Por su parte, la doctora en Ciencias Sarahí Mendoza Castaño, directora de Investigación, Desarrollo e Innovación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas, explicó que aun cuando estos dos años de enfrentamiento a la COVID-19 limitaron el trabajo en estos temas, se continuó el impulso de las investigaciones.
En particular sobre el desarrollo de ensayos clínicos, refirió que en estos momentos se llevan a cabo cinco, todos con productos de origen natural, que podrían ser empleados en diversas enfermedades
En tanto, la doctora Cristina Lara, directora de Medicamentos y Tecnología Médica del Ministerio de Salud Pública, destacó el impulso dado a la medicina natural y tradicional, que ha sumado medicamentos al cuadro básico, que en muchos casos se han convertido en más que una alternativa de tratamiento, y ejemplificó con los jarabes anticatarrales, de alta demanda entre nuestra población.
La COVID-19 de alguna manera nos demostró todo lo que todavía podemos hacer, pues las farmacias y los dispensarios no detuvieron su trabajo en ningún momento de estos complejos meses, valoró.
Asimismo, destacó la importancia de promover mayores encadenamientos productivos con la industria, y de hacer mejoras tecnológicas —en la medida de lo posible—, en los centros de producción local y en los dispensarios, para tratar de incrementar las producciones. Y eso requiere, dijo, de una mirada también desde los territorios, que a veces pueden apoyar más.
Celebro mucho —consideró el Presidente de la República— que hayamos ido a producciones industriales de más envergadura, que indudablemente poseen mayor calidad y mejor presentación, lo cual tiene varios impactos positivos de cara a la población.
En sus palabras, destacó la confianza del pueblo cubano en estos medicamentos e instó a realizar estudio de gastos para que no se desestimule la producción, a medir los impactos reales y a promover una mayor cultura del detalle en el envasado de esos productos.
De manera especial insistió en la importancia de aprovechar más las capacidades de Biocubafarma para desarrollar estas producciones, al tiempo que se deben seguir potenciando tecnológicamente los dispensarios y la producción local para que no queden en desventaja. Todos los esfuerzos, subrayó, son válidos.