Una actitud que enaltece a la Patria
Internacionales

Con el amor y cariño de quienes salvan vidas y educan, en bien de la humanidad, percibido en el Hospital General de Sampaka y en el colegio internado de élite General Santiago Mauro Nguema Ndoho, el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, concluyó su visita a la República de Guinea Ecuatorial
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MALABO, República de Guinea Ecuatorial.— Amor y hermandad es lo que se respira en el Hospital General de Sampaka de esta nación. Aquí los médicos cubanos han escrito una historia digna, heroica e internacionalista, sobre todo, en tiempos tan desafiantes como los de la pandemia de la COVID-19. Su actitud honra y enaltece a la Patria, porque mientras Estados Unidos envía sanciones, Cuba envía médicos.

Lo que ya nos habían contado —el domingo último en un encuentro del miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, con más de 200 cooperantes de la salud y educación—, sobre la noble y entregada labor de los nuestros aquí, lo comprobamos este martes en el terreno, allí donde confluyen médicos cubanos con los ecuatoguineanos, muchos de ellos, formados en la Mayor de las Antillas.

«Hoy agradecemos mucho la asesoría de la brigada médica cubana, la cual apoya bastante, sobre todo, a los más de 200 nativos que aquí tenemos», comentó la doctora Casilda Milán Ayong, directora general del hospital, que brinda servicios de medicina interna, pediatría y consulta externa.

Foto: Estudios Revolución

Del noble y humano de los oficios: salvar vidas y preservar la salud junto a los nuestros, habló, igualmente, Camilo Nzé Abesolo Audang, director técnico de la institución y un médico generalista que se formó en la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río. «Con los amigos y hermanos cubanos hemos aprendido y, además, hemos llorado desde la COVID-19, ante determinadas situaciones.

«Ha sido muy buena la apertura del hospital y, desde ese tiempo estamos trabajando con los cubanos y la experiencia está siendo muy buena, ya que ellos son especialistas y la mayoría de nosotros generalistas, aprendemos unos de otros. Yo estoy nutriéndome bastante de los compañeros que tengo alrededor en la práctica. Ser médico es ser primero humanista».

En esta institución sanitaria laboran 22 colaboradores licenciados en medicina, enfermería, sicología, laboratorio clínico… y según comentó José Ángel Véliz Gutiérrez, jefe de la misión médica cubana, ha sido un año arduo de trabajo, se dieron más de 1 00 600 consultas externas, se salvaron 5 600 vidas, se realizaron 200 017 procederes de enfermería y más de 169 000 actividades de promoción de salud.

Foto: Estudios Revolución

«También tenemos un equipo de nuestro país que tiene como misión fundamental la formación en terapia intensiva, que empezará en los próximos días», detalló el especialista. Entonces, se escuchó la voz de quienes aquí son más que médicos, celosos guardianes de lo más preciado del ser humano; apóstoles y creadores de un mundo más humano, como les pidió en una ocasión Fidel.

Yamila Caridad Jiménez, la doctora intensivista de Camagüey, que llegó aquí en el 2020 como parte de una brigada Henry Reeve para reforzar el sistema sanitario nacional en las atenciones de urgencia y cuidados intensivos de los enfermos de coronavirus, comentó que ha vivido una experiencia impactante desde la inauguración de este hospital.

«Aquí se atendían a los pacientes graves y realizamos un trabajo intenso junto a los nativos, quienes se sumaron con nosotros en una pandemia que era desconocida para todos. Con ellos fuimos a cada lugar incógnito de Malabo a hacer pesquisas. Ver cómo nos acogieron desde el inicio ha sido muy gratificante, porque nunca habíamos cumplido misión en África, era algo inexplorado», contó.

Por su parte, el cardiólogo villaclareño Jorge Sardaz Rojas, quien ya cumple su tercera misión, detalló como después de la COVID-19 el hospital quedó disfuncional hasta diciembre de 2023, cuando a una avanzada de 15 compañeros que «laborábamos en el hospital regional se nos encomendó la tarea de asesorar a los hermanos ecuatoguineanos para reabrirlo y brindar un servicio de excelencia a la población».

Foto: Estudios Revolución

Liliam del Toro Rodríguez, especialista en pediatría de la provincia de Granma, quien también llegó con la pandemia, comentó que junto a otros médicos asumieron la atención al niño grave. «En los cuatro años que llevo aquí he tenido muchísimas vivencias y hemos aprendido de los nativos y ellos de nosotros, y eso me da mucha satisfacción.

«Aquí tuve mi primer caso de paludismo, porque en Cuba no tenemos esta enfermedad. Fue un niño que se salvó, gracias a la intervención y las experiencias nuestras», señaló la doctora, quien significó que se ha sentido muy bien y aun cuando al principio no tenían grandes recursos, se han protegido muchas vidas.

Con solo 11 meses aquí en el país y con diferentes ubicaciones, una de ellas en Luba, uno de los lugares más apartados de Malabo, la doctora general integral santiaguera Kirenia Petiton García contó que ha hecho «de todo, algo muy diferente a Cuba, donde uno se concentra en su población específica. Ahora estoy con el grupo de pediatría y he sido muy bien acogida. Ha sido una tarea difícil, pero se ha llevado muy bien».

Acompañado del ministro delegado de Sanidad, Bienestar Social e Infraestructuras sanitarias, Praxedes Rabat Makambo, y José Angel Portal Miranda, titular de Salud Pública en Cuba, Marrero Cruz contó a los colaboradores que es muy motivador estar en el sitio donde trabajan y que las principales autoridades de este país —en los intercambios como parte de su visita oficial—, hayan destacado la integración que existe entre los profesionales de los dos países.

Liliam del Toro Rodríguez, especialista en pediatría de la provincia de Granma, quien también llegó con la pandemia, comentó que junto a otros médicos asumieron la atención al niño grave. «En los cuatro años que llevo aquí he tenido muchísimas vivencias y hemos aprendido de los nativos y ellos de nosotros, y eso me da mucha satisfacción.

«Aquí tuve mi primer caso de paludismo, porque en Cuba no tenemos esta enfermedad. Fue un niño que se salvó, gracias a la intervención y las experiencias nuestras», señaló la doctora, quien significó que se ha sentido muy bien y aun cuando al principio no tenían grandes recursos, se han protegido muchas vidas.

Con solo 11 meses aquí en el país y con diferentes ubicaciones, una de ellas en Luba, uno de los lugares más apartados de Malabo, la doctora general integral santiaguera Kirenia Petiton García contó que ha hecho «de todo, algo muy diferente a Cuba, donde uno se concentra en su población específica. Ahora estoy con el grupo de pediatría y he sido muy bien acogida. Ha sido una tarea difícil, pero se ha llevado muy bien».

Acompañado del ministro delegado de Sanidad, Bienestar Social e Infraestructuras sanitarias, Praxedes Rabat Makambo, y José Angel Portal Miranda, titular de Salud Pública en Cuba, Marrero Cruz contó a los colaboradores que es muy motivador estar en el sitio donde trabajan y que las principales autoridades de este país —en los intercambios como parte de su visita oficial—, hayan destacado la integración que existe entre los profesionales de los dos países.

«Ha sido unánime el reconocimiento al trabajo de ustedes. No ha existido una sola queja, preocupación, un solo planteamiento sobre la actitud, la entrega y el aporte que hacen al país, tanto ustedes como los profesionales de la educación. También ha sido unánime el acuerdo de ampliar la cooperación en estos sectores para incorporar nuevos profesionales, el estudio online de maestrías y posgrados, así como lograr la especialidad en Cuba de quienes se graduaron», detalló.

En otro momento, el Jefe de Gobierno les comentó que, como parte de la visita, habrá un reinicio, una nueva etapa de la cooperación, para poner las relaciones económicas y comerciales a la misma altura de las políticas. Y, volviendo al significado de las historias escuchadas, les dijo que cada una es una experiencia de vida que aprecia en dos campos:

«La realización personal de cómo se crecen lejos de la Patria, y como están aportando al sistema de salud, a salvar vidas, en un país hermano como este y, por otra parte, cada día están adquiriendo nuevas experiencias, porque viven situaciones que no las tenemos en Cuba como el paludismo, el sarampión, la fiebre amarilla, y eso contribuye a la formación profesional», señaló.

Finalmente, le manifestó estar «muy satisfecho de la visita y de la responsabilidad que asumen los colaboradores» y les reiteró que «seguiremos echando la pelea para salir de la compleja situación que estamos viviendo en Cuba, convencidos de que vamos a ganar. Sepan, ustedes, que con el trabajo que aquí desarrollan, también están aportando a la Patria y, por eso, tienen todo el apoyo del Gobierno y del pueblo por tan heroica labor».

Con esos sentimientos a flor de piel, el Primer Ministro y la delegación antillana visitaron, posteriormente, el colegio internado de élite General Santiago Mauro Nguema Ndoho, ubicado en el distrito Riaba, un proyecto educativo innovador, al cual acompaña la obra de infinito amor de diez colaboradores cubanos del sector de la educación.

A ellos, Marrero Cruz les dijo que es importante que, además de las materias educativas, formen a los estudiantes «en un ambiente de disciplina, de respeto, de responsabilidad, de patriotismo…», como valores fundamentales de una sociedad que «contribuirá a su preparación para la vida». Así, abrazado del cariño y la ternura que arropa en bien de la humanidad, cerraba la visita oficial del Primer Ministro a la República de Guinea Ecuatorial.