Mirar hacia adentro, también a las audiencias
Nacionales   Balances de Trabajo

Profundo y autocrítico fue el análisis realizado este sábado en el balance anual del trabajo del Instituto Cubano de Radio y Televisión en el cual participó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Balance ICRT

Estudios Revolución

Cuánto falta a la radio y la televisión cubanas para conquistar audiencias; lograr que los contenidos realmente convoquen a los públicos y los atraigan; definan modos de hacer en la sociedad cubana actual; y convoquen a la reflexión colectiva con calidad e ingenio, fueron algunas de las aristas sobre las cuales versó este sábado el debate en el balance anual del trabajo del Instituto Cubano de Radio y Televisión.

Análisis profundos y autocríticos caracterizaron la jornada de trabajo presidida por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien pidió a los trabajadores del sector ponerse al nivel de las exigencias comunicacionales actuales que tenemos en el país y en nuestra época. “Defendamos la identidad y la cultura de resistencia de nuestra nación”, los convocó.

Destacó el aprendizaje que en lo personal constituye el balance de este Instituto que ha evolucionado en los últimos años a pesar de las limitaciones materiales y centra sus análisis en la generación de contenidos.

Y si hablamos de contenido —dijo— no se puede obviar la compleja situación internacional imperante, como parte de la cual también se nos están tratando de imponer la seudocultura, y la banalidad, lo que solo es posible cuando se rompen identidades.

De ahí la importancia de que la base para buscar calidad en la radio y la televisión mantenga siempre el principio de “preservar nuestra identidad como nación”, valoró.

Ante los retos que impone en la actualidad el desarrollo de nuevas tecnologías, destacó en la pertinencia de un sistema comunicacional integral, que permita articular la generación de contenidos y en el que se defiendan tanto los medios tradicionales como los modernos.

Ninguno de ellos se ha agotado, para todos hay públicos, y en la medida en que nos demos cuenta de sus relaciones y preferencias perfeccionaremos mejor los vínculos, subrayó.

Por ello su insistencia en que “todos los medios tienen que ir a la multimedialidad”, lo cual va a permitir una mayor presencia de contenidos propios en las redes sociales con códigos audiovisuales que siguen ahora los jóvenes. “Hay que trabajar con integralidad y diversidad para que los contenidos lleguen a todos los públicos”.

Imprescindible en sus palabras la urgencia de concretar una administración pública más eficiente, transparente, consciente y participativa, en la cual debe primar un sistema de trabajo que reconozca prioridades y donde haya espacios para discutir los temas y se logre mayor vinculación con los escenarios donde la gente aporta, que en el caso del ICRT incluye tanto a sus trabajadores como al público. “Esa interacción es la que nos da la retroalimentación y nos permite el vínculo.”

Y para ello resulta fundamental el trabajo y la preparación constante de los cuadros, en cuyo quehacer cotidiano deben primar la sensibilidad ante los problemas de la gente; la inquietud revolucionaria que nos lleve a estar inconformes con las cosas que se hacen mal; y la cultura del detalle en todos los órdenes de la vida.

Asimismo, reiteró que también en este sector resultan primordiales el empleo de la comunicación buscando cada vez una mayor cultura e interacción con el pueblo; la informatización de todos los procesos que guardan relación con las rutinas productivas que aquí se llevan a cabo; y la ciencia como vía para resolver muchos de los problemas que tenemos.

Asociado a ello comentó la utilidad de convertir en unidades docentes los canales de televisión y emisoras de radio de que disponemos, lo cual proporciona enormes posibilidades para contribuir a la preparación de los futuros profesionales.

Reconoció el esfuerzo que en la actualidad se realiza para emitir programas que están alimentando el sentimiento de los cubanos como el de la Banda Gigante, el cual no solo da satisfacción a los intereses del pueblo, sino que demuestra el tremendo potencial en la educación artística de nuestro país.

Por otra parte, la autonomía municipal impone en el sistema de la radio y la televisión nuevas maneras de hacer, para lo cual habrá que perfeccionar experiencias y acercarnos cada vez más a los rigores que trae consigo la actualidad.

La manera en que generemos los contenidos —señaló— es la que nos va a dar la base para la calidad que queremos. Por eso en cuestiones de programación “tenemos que aspirar a más” —dijo— y reconoció cuánto se ha mejorado en este sentido.

Convidó a continuar buscando formas de hacer que hoy llaman la atención en el mundo y que dotan a los programas de interactividad y participación, que promueven cápsulas, videos clip y otros. Eso podemos lograrlo —reflexionó— lo que tenemos es que defender en nuestros productos lo cubano, lo identitario, lo genuino, y así logramos una mayor relación entre la calidad de lo que ofertamos y las exigencias de la población.

VIRAR LA MIRADA A LOS PÚBLICOS

¿Qué hemos logrado? ¿Estamos satisfechos? ¿Cómo hacer programas de radio y televisión con mayor calidad? ¿Cómo acercarnos mejor a nuestra audiencia? A esas y otras interrogantes pidió dar respuesta en el balance Alfonso Noya Martínez, presidente del ICRT.

De tal manera, el análisis incluyó el trabajo realizado en el 2018 y las proyecciones para el 2019, como parte de lo cual varias intervenciones hicieron énfasis en la importancia de concebir un discurso radiofónico y televisivo cada vez más cercano a los jóvenes de estos tiempos.

En las investigaciones sociales radica una de las principales herramientas de trabajo en el sector. Los resultados que de ellas emanen —coincidieron varios participantes— permitirán anticipar con los contenidos el acompañamiento a algunos de los retos que en materia de comunicación tiene por delante en el país.

Sobre cuánto han de hacer la radio y la televisión para satisfacer las demandas de nuestras audiencias, se intercambió igualmente. De ahí la insistencia en virar la mirada a los públicos, lo que posibilitará organizar programaciones teniendo en cuenta la diversidad de intereses que hoy confluyen en la sociedad cubana. “Debemos encontrar claves que nos permitan trabajar de manera diferenciada con cada uno de ellos”, se destacó.

En tal sentido se consideró determinante avanzar en materia de capacitación interna de los cuadros, creadores, realizadores y periodistas. “Los hacedores de programas y procesos somos los responsables del acercamiento a las universidades; de la búsqueda de conocimientos que hagamos en ellas obtendremos una mejor programación de radio y televisión”, se destacó en el debate.

De la misma manera fue resaltada la necesidad de concretar una mayor alianza con las instituciones del Ministerio de Cultura, la UNEAC, la AHS, la UPEC y otras instituciones determinantes en la formación de los creadores del ICRT.

Las reflexiones incluyeron además la importancia del diálogo con las audiencias; de renovar la imaginación y constituir zonas de experimentación; la búsqueda de alternativa para que todos participen; así como de estar atentos ante noticias falsas que se generan a veces y se deben enfrentar con inmediatez.

Como un buen ejemplo de lo que se puede lograr cuando se trabaja con integralidad y preparación se mecionó el programa “Hacemos Cuba”, que estuvo enfocado en analizar y debatir lo estipulado en el Anteproyecto Constitucional y el cual demostró que cuando se hacen las cosas bien los resultados son mejores.

Preservar la memoria histórica y patrimonial que se acumula en el ICRT; perder el miedo  a los cambios; atraer y preparar a los jóvenes profesionales; hacer cada vez más atractivos los temas que se lleven a los diferentes espacios; darle color a las palabras y contar más historias de vida; aprovechar el impacto de las nuevas tecnologías y otros, fueron temas incluidos en la agenda del balance.

El reto quedó claro en el debate: tenemos que estudiarnos y mirarnos hacia adentro a la par que miremos hacia las audiencias. En el conocimiento se consolida una de las principales herramientas de trabajo para los creadores que en estos escenarios se desenvuelven; de la coherencia con que sean capaces de concebir cada uno de los contenidos que llegan a la población, dependerá también su éxito.