Sobre la importancia de conversar con los jóvenes
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En el Aniversario 130 del Grito de Baire, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo un encuentro con militantes de la UJC que protagonizaron una acampada en el campismo Las Golondrinas, en las montañas de Los Negros, en la Sierra Maestra, donde fuerzas mambisas regresaron a la manigua aquel 24 de febrero de 1895.

Estudiemos a Martí. Siempre que profundicemos en Martí, vamos a estar entendiendo mejor a Cuba, vamos a estar entendiendo a Fidel. Estudiemos a Raúl, estudiemos al Che. Bebamos del ejemplo que nos dieron los mambises, los jefes mambises, los patriotas; los jóvenes que se enfrentaron a las dictaduras de la república, recomendó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a una representación de jóvenes santiagueros y de otros territorios del país.
Tras participar junto al pueblo de Baire en la conmemoración por el 130 Aniversario del alzamiento en ese pueblo, que simbolizó el inició de la Guerra Necesaria de José Martí, el 24 de febrero de 1895, el Jefe de Estado sostuvo un encuentro con unos 130 militantes de la UJC que protagonizaron una acampada en el campismo Las Golondrinas, en las montañas de Los Negros, en la Sierra Maestra, donde fuerzas mambisas regresaron a la manigua aquel día —como en otros 35 lugares de la patria— y también combatirían después las tropas del Ejército Rebelde.
A la sombra de los árboles, fue un intercambio para repasar la historia y la épica libertaria del pueblo cubano y conversar sobre los desafíos actuales, pero también, les expresó Díaz-Canel, para nutrirnos de las ideas de ustedes, para compartir lo que tenemos que hacer en el presente y para canalizar cómo ustedes pueden tener cada vez más empoderamiento.
Junto al miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda; la primera secretaria del comité provincial del Partido en Santiago de Cuba, Beatriz Jhonson Urrutia, y la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Meyvis Estévez Echevarría, los jóvenes expusieron ideas, inciativas y preocupaciones en un diálogo de casi dos horas.
Al presentar a sus compañeros, Meyvis referió que hoy la respuesta de los jóvenes cubanos, ante los desafíos que enfrenta la patria, tiene que ser «más unidad, más energía y más firmeza».
Informó sobre el comienzo, este 24 de febrero, de la Ruta Mambisa, una marcha que será protagonizada por pioneros, estudiantes, científicos y otros jóvenes trabajadores, y que partió desde Mangos de Roque, Mantua, Pinar del Río, punto culminante de la Invasión de Oriente a Occidente, protagonizada por el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente General Mayor General Antonio Maceo, para llegar el próximo 15 de marzo a Mangos de Baraguá, en el municipio Mella, Santiago de Cuba, por donde arrancó aquella hombrada mambisa.

Durante la ruta, las nuevas generaciones, que se irán relevando sistemáticamente, portarán un mensaje de reafirmación antiimperialista y de patriotismo. Y serán presididos por una réplica del Machete del Mayor General Antonio Maceo, la cual fue entregada simbólicamente por Díaz-Canel a la Primera Secretaria de la UJC al finalizar el encuentro en las montañas de los Negros.
Estévez Echevarría afirmaría en sus palabras que las nuevas generaciones de cubanas y cubanas continuarán siendo cada día más patriotas y más antiimperialistas, a la vez que mantendrán su apoyo y solidaridad permantente con el pueblo palestino ante la agresión de la que es víctima y otras causas justas del mundo.
DONDE HAY INICIATIVA Y LIDERAZGO JOVEN, LAS SOLUCIONES APARECEN
El encuentro entre Díaz-Canel y los 130 jóvenes en representación de las nuevas generaciones de santiagueros y del país, inició con un apasionado recorrido por nuestras luchas, que estuvo a cargo del historiador Aldo Daniel Naranjo, quien dio paso a las intervenciones de alrededor de una docena de muchachas y muchachos.
Julio, estudiante de Periodismo en la Universidad de Oriente, exaltó un diálogo donde, dijo, el Presidente del país se reúne con los jóvenes para escucharlos e intercambiar con ellos como «las más importantes personas que son», subrayó citando palabras de Díaz-Canel para referirse a las nuevas generaciones.
En un análisis de las gestas libertarias y los desafíos presentes, Julio sellaría sus palabras afirmando que si «los jóvenes no nos rendimos antes, ahora menos lo vamos a hacer, por eso habrá Revolución para rato».
Karina, trabajadora en los Laboratorios Farmacéuticos de Oriente y miembro del Comité Nacional de la UJC, relató el esfuerzo que se realiza en esta institución de Biocubafarma para elaborar los medicamentos que necesita la población, con énfasis en la medicina verde, proyectos en lo que los jóvenes tienen protagonismo, a la vez que se trabaja en su preparación política e ideológica y en su capacitación profesional y promoción a cargos de dirección.
Lisett, estudiante de Lengua Francesa de la Universidad de La Habana, analizó, entre otros asuntos, el rol de las nuevas generaciones en las redes sociales, donde, dijo, se nos aplica una guerra mediática que exige que cada día nos incorporemos a una lucha donde debe primar la vindicación permante de Cuba ante las campañas de mentiras, descrédito y manipulación. Pero, acotó, todo empieza con hacer las cosas bien en donde cada uno interactuamos en la vida real.
Ramón, campesino de Placetas, Villa Clara, trajo un testimonio propio sobre los efectos del bloqueo en el día a día de los cubanos. Contó que para adquirir insumos y otras necesidades en moneda libremente convertible para la producción agropecuaria, fundó una Mipyme y gestionó la producción y exportación de un contenedor de carbón vegetal, pero el socio extranjero con el que se haría la transacción debió declinar el negocio por presiones que comenzó a sufrir. Para quien lo niega, les debo decir —denunció Ramón— «que el bloqueo está ahí, y es duro, duro, duro».
Alberto, combatiente del Minint y presidente del Movimiento Nacional Martiano en Santiago de Cuba, insistió en el rescate de la historia, y no la grande, la que todos conocen, dijo, sino esa que está en cada localidad, en cada calle, como en Santiago, donde, dijo, la historia se puede tocar con las manos.

Rey Luis, radialista y vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en la Ciudad Heroica, abundó sobre las prácticas profesionales de los estudiantes universitarios, oportunidad que debe aprovecharse en los centros laborales para enamorarlos del trabajo que en ellos se hace, y ejemplificó sobre la captación que realizan en la emisora Radio Mambí en el caso de estudiantes de periodismo y comunicación social.
Richard, secretario general del comité de la UJC en la empresa cárnica de Santiago de Cuba, habló sobre la transformación que allí se está viviendo a partir de las iniciativas y liderazgo de los jóvenes, quienes han contribuido a dar respuesta a limitaciones materiales e incrementar la responsabilidad social de la entidad.
Dayron, de 24 años de edad, licenciado de las FAR, ahora se desempeña como ganadero y se ha convertido en uno de los principales productores de leche y cultivos varios en el municipio de Songo-La Maya. En seis caballerías de tierra antes cubierta de marabú, ahora pasean más de un centenar de reses, un éxito en lo que lo ha guiado, dijo, su criterio de que «aquí lo que hay es que producir para el país». «Si estamos bloqueados, entonces lo que hay es que producir alimentos», afirmó.
UNIDAD ES SINÓNIMO DE PARTICIPACIÓN
En el intercambio con los jóvenes, Díaz-Canel reflexionó sobre el principio irrenunciable de fortalecer la unidad. Una unidad cuya necesidad quedó demostrada una y otra vez a lo largo de nuestra historia. Todo el proceso revolucionario, de esa Revolución que es única, desde el 68 hasta nuestros días, nos enseñó la fortaleza de la unidad, les dijo.
En la unidad —señaló— ha estado la premisa fundamental para nuestra victoria, y cuando ha faltado unidad hemos tenido derrotas. Por eso la Guerra de los Diez Años no terminó con la independencia, por eso la Guerra Chiquita no fue una guerra grande, y por eso la Guerra Necesaria, que organizó Martí, al final terminó con una intervención norteamericana. Por eso, la Revolución del 33 se fue a bolina...
Pero cuando triunfó la Revolución y Fidel aglutinó todas la fuerzas revolucionarias, se logró la unidad, y uno de los conceptos para esa unidad fue la creación del Partido Comunista de Cuba, y miren todas las victorias que nosotros hemos alcanzado, señaló.
El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba hizo a continuación un recorrido por la historia de cerco, agresión, injerencia, bloqueo, del que hemos sido víctimas.
Hemos estado bloqueados por 65 años, pero en estos momentos la cualidad diferente es que el bloqueo es recrudecido, porque por primera vez empiezan a aplicar el llamado Capítulo III de la Ley Helms-Burton y porque nos incluyeron en una lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo.
Y en estas circunstancias, qué más podemos aportar a esa unidad, reflexionó Díaz-Canel hablando con los jóvenes, con quienes compartió experiencias que todos los meses tiene la dirección del Partido en sus recorridos por los municipios del país.

La unidad, argumentó, se fortalece participando. Participando enfrentamos los retos, enfrentamos los desafíos; participando nos conocemos mejor; participando nos estrechamos más; participando proponemos, criticamos; participando implementamos; participando controlamos; y también participando valoramos los resultados, y cuando se tienen victorias por el aporte de todos, estamos generando unidad.
El Presidente ponderó enfáticamente el intercambio que debe tenerse de forma permanente con los jóvenes, tanto porque son encuentros de aprendizaje como de expresión de respeto hacia las nuevas generaciones. Yo, les dijo, seré fiel a esa idea que expresé un día y de la que no me arrepiento, de que ustedes son las personas más importantes que tenemos, y como tal, tenemos que tratarlos y por eso es importante conversar con ustedes.
Siempre defiendo el vínculo con la juventud. Raúl también lo defendió. El Che dijo algo tan hermoso como que el arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud. Por lo tanto, añadió, todo esto que estamos defendiendo es también continuidad.
En referencia a la acampada que realizaron para rememorar el Grito de Baire, Díaz-Canel enfatizó en la relevancia de iniciativas de este tipo, las cuales, dijo, deben multiplicarse.
Lo único que les pido, —explicó— es que cada vez que estemos rememorando un hecho histórico, veamos su significado, su simbolismo y su vigencia. Porque —expuso— las respuestas para nuestros problemas están en nuestra historia.
Y esta de hoy tiene muchos símbolismos. Fue el inicio de la Guerra Necesaria. Era la guerra que veía Martí como necesaria para la independencia de Cuba, pero también para evitar la anexión a los Estados Unidos, y recuérdese al respecto la carta inconclusa que hizo a Manuel Mercado sobre ese tema.
Martí veía a Las Antillas como el equilibrio del mundo, porque ya estaba claro que Estados Unidos iba a venir sobre ellas, y una de las cosas que él defendía para contrarrestar eso, era la identidad.
En varias de sus obras, Martí pide que las universidades en América Latina no debían seguir los pasos de las universidades europeas ni la universidad de otro lugar, las nuestras tenían que basarse en los saberes, la historia y la cultura de los pueblos latinoaméricanos, de Nuestra América, como les decía.
Más adelante Díaz-Canel Bermúdez señaló a los jóvenes reunidos bajo las sombras de los árboles de las montañas de los Negros, en la Sierra Maestra, que aquella, la de Martí, era la guerra necesaria para evitar la anexión y era la guerra necesaria para lograr la independencia y empezar a construir la república con todos y para el bien de todos, y ahí están algunos de sus simbolismos y vigencia, les dijo retomando el análisis.
Y esta, la de hoy, cuando hay gente que nos quiere dividir, que aspiran a la anexión con los Estados Unidos, que persiguen destruir la Revolución cubana, también es una guerra necesaria; es una guerra de continuidad, que tiene su simbolismo, su significación y su vigencia.

Entonces y ahora, sigue el enfrentamiento al gobierno de los Estados Unidos por la política agresiva y sus intenciones hacia Cuba, resumió el Presidente refiriéndose a la Guerra Necesaria de Martí, a la Revolución de Fidel, y todas nuestras luchas desde 1868, que son una.
«Y sigue siendo una guerra necesaria —enfatizó— para seguir manteniendo la soberanía, la independencia y la autodeterminación de nuestro país. Por lo tanto, este es un hecho que está totalmente vigente por sus enseñanzas».
En este punto del análisis, Díaz-Canel exhaltó la visión de Martí de fundar el Partido Revolucionario Cubano para organizar la Guerra Necesaria, pero no como un partido para elecciones. Y es aquí, señaló, donde está otra esencia.
Nosotros, argumentó, defendemos el Partido Comunista como el único partido de la Revolución cubana, como el partido del pueblo. No es un partido electoral; es un partido para defender la Revolución, para defender el país, para defender la soberanía.
Y esos sentimientos son tan fuertes y se multiplican con más fuerza en encuentros como estos, subrayó el mandatario, volviendo a convocar a los jóvenes a buscar los simbolismos que se encuentran a lo largo de nuestra historia, sus conexiones verdaderas.
El Presidente también abordó la lucha en las redes sociales, donde es deber posicionar nuestra verdad todos los días y por cada uno, a la vez que les insistió en el valor de realizar de forma permanente acciones diversas, como esta acampada por el Grito de Baire.
Con todo ello —expuso—, podemos tener un crecimiento tremendo en lo espiritual, en lo motivacional, en lo emocional. Y recordó honrar todos los días los tres propósitos fundamentales de la Unión de Jóvenes Comunistas (que aunque es una unión juvenil de militantes tiene que tener la capacidad de representar a la juventud, aclaró): el estudio, el trabajo y el fusil. O sea, ser buenos estudiantes, ser buenos trabajadores y también estar dispuestos a salir a combatir.