«En Cuba no hay espacio para la rendición»
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«En Cuba no hay espacio para la rendición. Aquí no se va a rendir nadie», ratificó el Primer Secretario y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante el segmento del XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC PCC) dedicado a evaluar temas económicos y sociales.

En la mañana de este sábado, los miembros del máximo órgano de dirección del Partido entre congresos fueron actualizados y debatieron los informes sobre el estado de cumplimiento del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía y dos proyectos fundamentales para el desarrollo económico y social del país el próximo año y que en su versión definitiva estarán en el centro del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional, el Plan de la Economía. Objetivos y metas, y el anteproyecto del Presupuesto del Estado para el año 2026.

En el debate, el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura, invitado al encuentro, insistió en la necesidad de establecer las prioridades en estos difíciles momentos, como son la captación de divisas y su orientación a actividades que puedan generar más de ellas, y el ahorro de recursos, que es algo —enfatizó— que lo transversaliza todo.

A propósito de la intervención del querido dirigente cubano, el Presidente Díaz-Canel Bermúdez subrayó que la responsabilidad que tienen las actuales generaciones con estos tiempos, y el legado que podrán dejar será, como mismo lo ha hecho la generación histórica, demostrar que la Revolución cubana seguirá venciendo a pesar del bloqueo y que el país seguirá avanzando.

PROGRAMA CON RESULTADOS CONCRETOS, MEDIBLES Y PERCEPTIBLES

Al evaluar el cumplimiento del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, señaló que el mismo está alineado con las prioridades estratégicas, pero su éxito dependerá de la capacidad de jerarquizar tareas, de ejecutarlas con mayor disciplina, de reducir la dispersión, de integrar actores y de asegurar recursos esenciales, especialmente en energías, divisas y producción nacional.

«El principal desafío no es el diseño del Programa, sino convertir la planificación en resultados concretos, medibles y perceptibles para la población, preservando la soberanía, la estabilidad política y la justicia social», afirmó.

Marrero Cruz detalló que, desde la presentación del Programa se ha realizado un proceso continuo de actualización. «Tras un amplio proceso de debate y consultas con expertos, académicos y especialistas de diversos sectores de la economía, el Programa quedó conformado por 106 objetivos específicos, 342 acciones y 264 indicadores y metas».

Al comentar el escenario en el que se desarrolla el Programa de Gobierno, contextualizó que el crecimiento de la economía mundial se ha mantenido con niveles moderados, con estimaciones en torno al tres por ciento, tendencia asociada a las fragmentaciones geopolíticas, las tensiones comerciales y la volatilidad de los mercados energéticos y logísticos.

Y en este escenario ya complejo —reflexionó—, «Cuba continúa enfrentando el impacto acumulado de la guerra económica, comercial y financiera del Gobierno de los Estados Unidos, reforzada en los últimos años con medidas coercitivas unilaterales que han incrementado tanto la severidad como la amplitud de las sanciones y su extraterritorialidad».

En general, el Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía —dijo— se ha tenido que ejecutar en condiciones limitadas, con disponibilidad reducida de servicios eléctricos, combustible, acceso restringido a divisas convertibles y presiones inflacionarias generadas por la combinación de factores externos e internos.

Sobre los avances en la implementación del Programa, informó que de las 90 direcciones asociadas a los diez objetivos generales, se han cumplido 49 y el resto se encuentra en diferentes fases de implementación.

«En el periodo, los esfuerzos se concentraron en continuar el proceso gradual de control del déficit fiscal y la ejecución del Presupuesto del Estado; estudiar e implementar medidas para flexibilizar las políticas y las normas de la inversión extranjera; así como la participación de nacionales radicados en Cuba y en el exterior con capacidad financiera para vincularse con los diferentes actores económicos.

Asimismo, se aprobó el perfeccionamiento de la organización salarial en el sistema empresarial y el funcionamiento del Instituto Nacional de Actores Económicos No Estatales.

Otros resultados se expresan en el incremento parcial de las pensiones, que benefició al 88 por ciento de los jubilados, y la inversión en paneles solares fotovoltaicos».

«Durante el segundo semestre —añadió Marrero Cruz—, se ha trabajado intensamente en la preparación de las condiciones relacionadas con la transformación cambiaria y el nuevo mecanismo de gestión, control y asignación de divisas».

Más adelante, el Primer Ministro enfatizó que el proceso de discusión y análisis del programa es un espacio para mirarse por dentro y definir qué más se puede hacer para su implementación.

Otros aspectos de la marcha del Programa de Gobierno, así como los próximos pasos de su ejecución, serán informados en la venidera sesión ordinaria de la Asamblea Nacional.

SALDREMOS ADELANTE Y CON NUESTROS PROPIOS ESFUERZOS

Los miembros del CC PCC en su XI Pleno, celebrado este sábado en el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución, también debatieron las propuestas de Plan de la Economía para 2026 y el anteproyecto del Presupuesto del Estado para el próximo año.

Joaquín Alonso Vázquez, ministro de Economía y Planificación (MEP) informó que, bajo el precepto de manejar la crisis, mitigar los impactos de la guerra económica y lograr una gradual recuperación, el Plan de la Economía para 2026 reconoce las tensiones que continuarán impactando su ejecución, la necesidad de movilizar todas las reservas que puedan existir para incorporarlas, así como las potencialidades derivadas de las transformaciones que se llevan a cabo como parte del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía.

Para el Plan 2026, a partir de que no es posible proyectar mayores gastos que los ingresos que se generan, se evaluaron variantes de ajustes en categorías claves para reducir el déficit a un nivel gestionable, entre otros principios, explicó.

El titular del MEP argumentó que en 2025 la economía cubana continuó desempeñándose en un escenario de economía de guerra, en el que inciden efectos combinados y acumulados de un grupo de factores externos e internos.

«Los efectos nocivos del bloqueo económico, comercial y financiero recrudecido, se constatan más que nunca en todas las esferas de la economía y la sociedad cubanas», denunció.

Recordó además que los limitados recursos financieros que el país ha podido disponer en este período se han concentrado en hacer frente a pagos priorizados, como los dedicados a los alimentos, los combustibles; el sostenimiento, recuperación y creación de nuevas capacidades en el Sistema Electroenergético Nacional; los medicamentos y la defensa y seguridad nacional. No obstante —agregó— ha sido extremadamente compleja su gestión operativa, pues han resultado insuficientes.

Sobre el 2026, el ministro Alonso Vázquez enfatizó que «será un año en el que persistirá el complejo escenario en que se ha desenvuelto la economía cubana hasta el presente, con amenazas, tensiones y riesgos que debemos ser capaces de sortear, con nuestros propios esfuerzos, con los recursos disponibles en cada momento, con las reservas que debemos movilizar y las oportunidades que también se vislumbran y gestionan».

PRESUPUESTO DE PUEBLO

En la jornada, los miembros del CC PCC también abordaron detalles del anteproyecto de Presupuesto del Estado para el año 2026, elaborado en correspondencia con las proyecciones de una economía con limitado crecimiento.

La propuesta también considera las acciones que tributan al Objetivo de Estabilización Macroeconómica del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, expuso el ministro de Finanzas y Precios (MFP), Vladimir Regueiro Alex.

Tomando en cuenta los desafíos para 2026 —subrayó— el Presupuesto proyectado contempla medidas para mejorar la disciplina fiscal y al mismo tiempo optimizar la asignación de recursos para el sostenimiento de los programas sociales.

Sobre el Presupuesto del Estado para 2025, el titular del MFP informó que se ha ejecutado con marcadas tensiones financieras, por lo que fue necesario fortalecer la recaudación de ingresos y priorizar los gastos que respaldan los servicios sociales esenciales y elevar la eficiencia en su ejecución.

El desempeño presupuestario en el año que va concluyendo, expresó Regueiro Alex, muestra, sin embargo, resultados que superan los indicadores planificados, con sobrecumplimiento en la recaudación de ingresos y mayor control de los gastos, y cuya evaluación sistemática ha permitido reasignar recursos inejecutados a demandas extraordinarias, fundamentalmente hacia provincias y municipios.

Además, se ha mantenido un resultado superavitario en cuenta corriente, lo que contribuye a la sostenibilidad del endeudamiento público, al no tener que emitir deuda para financiar gastos corrientes. En el transcurso de 2025 el déficit fiscal ha resultado inferior al planificado, aunque siguió siendo un alto.

PROGRAMA DE GOBIERNO Y DE PUEBLO

Durante el debate de los informes relativos al Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, el Plan de la Economía para 2026 y el anteproyecto de Presupuesto del Estado para el próximo año, la directora del Centro de Estudios Sociopolíticos y de Opinión del Pueblo (CESPO), Rosario del Pilar Pentón Díaz, destacó la amplia discusión que ha generado la consulta popular del Programa.

Señaló el reconocimiento que ha tenido este proceso por parte de la población como muestra de la participación que esta tiene en las decisiones principales del país, y no solo por el número de personas que han asistido, sino por la amplia presentación de propuestas, lo que habla —dijo— del compromiso de nuestro pueblo.

Según había explicado anteriormente el primer ministro Manuel Marrero Cruz, cómputos preliminares arrojaban que hasta el último cierre de información se habían realizado 6 361 reuniones, con 54 372 intervenciones y la formulación de 12 900 propuestas.

Hasta el momento —comentaba también el Jefe de Gobierno— las principales propuestas se relacionaban con la reducción de la inflación; los subsidios a personas y no a productos; la bancarización; las exportaciones en el sector del conocimiento; el incremento de la producción de alimentos, y el proceso de contratación de las formas productivas, entre otras.

La Directora del CESPO subrayó a propósito que esta participación y el amplio proceso de propuestas en temas cruciales para el presente y futuro del país, también es muestra de la sabiduría popular para identificar dónde están las prioridades y cómo contribuir proactivamente a ellas, un ejemplo de lo cual —detalló— ha sido el gran número de propuestas para incrementar la producción nacional, con énfasis en los alimentos.

La investigadora social señaló que esta consulta ha tenido tres características: la primera, la alta expectativa que hay en la población de que el Programa de Gobierno aporte a la transformación de la realidad actual; la segunda, el compromiso de las personas y la convicción de que la transformación de esa realidad está en nuestras propias fuerzas; y la tercera, el convencimiento y reclamo de que la exigencia y el control aportarán a los resultados que debe dar la materialización de este programa.

Coincidiendo con la experta, el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, subrayó la importancia de la participación popular en la configuración e implementación del Programa de Gobierno.

Lo primero —reflexionó— es que se entienda que hay un programa, que no estamos de brazos cruzados y que este tiene un reconocimiento de la población; lo segundo, que convocando la gente esta tenga la libertad para hablar, criticar, encontrar fallas y proponer cómo mejorarlas y asumirlas; y tercero, encontrar respuestas a las dificultades, compartirlas, perfeccionarlas y salir a defenderlas cada uno en lo que le toca.

Si estamos pidiendo que se produzcan más alimentos —ejemplificó—, entonces todos los que tenemos responsabilidad con ello tenemos que concretarlo produciendo más alimentos, con más eficiencia y a menos costos para comercializarlos a menor precio a la población.

Abundando en la transcendencia de la participación popular en este proceso, el Jefe de Estado resaltó que cuando las cosas se defienden entre todos, se genera más unidad, más articulación para alcanzar mejores resultados. «Es un proceso —dijo— que nos permite concretar todos los consensos que necesitamos para salir adelante».

Tomando en cuenta que la consulta popular del Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía se extenderá hasta el 30 de diciembre, Díaz-Canel orientó seguir estimulando las propuestas de la población, porque estás —conceptuó— van a robustecer el contenido del programa. Y nuestra población —señaló más adelante— «está clara hacia dónde tenemos que ir».

DEL QUÉ AL CÓMO

Ante la disposición de un programa de gobierno que se tiene y perfecciona con la participación popular, el Primer Secretario del Comité Central del Partido señaló que este es el «qué», sin embargo, también es necesario el «cómo»; el cómo —ejemplificó— vamos hacer crecer la producción, la economía.

Y muchas de las respuestas del cómo hacerlo también las tenemos,  comentó el mandatario, quien trajo a colación los resultados positivos de la novedosa iniciativa desarrollada en Guantánamo y Granma, donde tras el paso del huracán Melissa se hicieron islas híbridas de generación de electricidad combinando los parques solares fotovoltaicos y la generación distribuida.

Esta es una solución, explicó el mandatario, que —como sugirió el general de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, ministro de las FAR— pudiera emplearse en la economía, para dar electricidad a una entidad productiva; sin embargo, lo que no puede pasar es que se le suministre energía y esta no genere la producción que debería.

Otro ejemplo está en la producción de alimentos —continuó explicando Díaz-Canel—. Tenemos que interiorizar el concepto de que vamos a comer lo que seamos capaces de producir, por eso insistimos en el autoabastecimiento municipal, en dejar de importar alimentos y producirlos aquí, y en todo caso importar insumos para la agricultura; sin embargo, si esas importaciones de insumos no se corresponden con lo que debiera producirse, tampoco hacemos nada.

E igual pasa —añadió más adelante el Jefe de Estado— con los esquemas cerrados de financiamiento en divisas para el sector exportador, porque si este se aplica, entonces las empresas tienen que producir más; exportar más; vender más y no solo para su reproducción ampliada, sino también para la Caja Central, para financiar el desarrollo social y de otros sectores de la economía.

Entonces, comentó Díaz-Canel, estos son conceptos que hay que ir a defender, al igual —comentó minutos después— que la sustitución de importaciones, si somos capaces de producir más alimentos o más petróleo o utilizar más las fuentes renovables de energía.

En su intervención en el segmento del XI Pleno del CC PCC dedicado a temas económicos, el Primer Secretario del Comité Central y Presidente de la República insistió, además, en aprovechar todas las medidas que se han aprobado en los últimos tiempos.

Se refirió así a las potencialidades que tienen la eliminación de trabas y la flexibilización a favor de la inversión extranjera; o las decisiones dirigidas a fomentar una adecuada relación entre el sector estatal y no estatal, incluyendo la formación de emprendimientos mixtos entre ambos, algo que está en la Conceptualización del Modelo y demás documentos rectores del Partido; o las facilidades para que cubanas y cubanos residentes en el exterior participen en el desarrollo del país.

El Presidente de la República también se refirió a la necesidad de reactivar el sector del turismo; al redimensionamiento del sector estatal empresarial y presupuestado; a  la autonomía empresarial; al desarrollo territorial y municipal, así como la aplicación de los tres pilares del Partido y el Gobierno, la ciencia y la innovación, la transformación digital y la comunicación social.