Cuba ante la epidemia: Distinguir las oportunidades en medio de la adversidad
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Este martes, desde el Palacio de la Revolución, tuvieron lugar diversos análisis acerca de cómo seguir enfrentando a la COVID-19. La jornada estuvo encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
Reunión COVID-19 21092021

Estudios Revolución

La realidad más adversa puede ofrecer oportunidades, aristas en positivo desde las cuales trabajar. El vivo ejemplo está en que, en lo concerniente a la COVID-19 en Cuba, hay buenas señales que emanan desde las ciencias exactas, aunque ya se sabe que el comportamiento de la epidemia pudiera complejizarse en las próximas semanas.

A pesar del pronóstico no favorable, saber que la transmisión de la enfermedad expresa sus cifras más altas en determinados territorios de la Isla, permite enfocar la batalla hacia esos escenarios puntuales que pueden controlar la situación mientras se combinan diferentes medidas, entre las cuales se incluye la vacunación.

El análisis fue compartido este martes por el Dr.C. Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, quien, apoyado en los habituales modelos de pronósticos, abrió la reunión de expertos y científicos que están inmersos en las actividades de ciencia e innovación tecnológica para el enfrentamiento al nuevo coronavirus.

Desde el Palacio de La Revolución sesionó este importante encuentro que estuvo encabezado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz. Allí la videoconferencia hizo posible el intercambio de la dirección del país con las autoridades de todas las provincias y del municipio especial Isla de la Juventud.

Desde múltiples aristas el profesor Raúl Guinovart explicó la situación epidemiológica del presente, y las proyecciones de la misma hacia el futuro. El experto mencionó a las provincias de Pinar del Río, Sancti Spíritus y Camagüey, como los territorios que están presentando los comportamientos más complejos de transmisión de la enfermedad.

Igualmente citó a la provincia de Las Tunas, escenario para el cual los pronósticos son desfavorables. Y en lo alusivo a Artemisa, el decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana señaló que aunque esa provincia no muestra un alto número de casos, resultan llamativas las cifras de los fallecidos, así como la tendencia a que estas sigan en ascenso.

«En el resto de las provincias la situación es compleja, pero se manifiesta un cierto control», dijo el matemático, quien además enunció que «los pronósticos para el país, a corto plazo, son desfavorables», realidad que podría cambiar, dijo, si pudiera lograrse un control en los territorios más complicados.

Los daños de la epidemia bajo la lupa

Ilustrativo y muy interesante resultó ser, en la reunión con los expertos y científicos, el tema que versó sobre el análisis de la enfermedad severa de la COVID-19, cuya primera parte fue compartida al detalle por el destacado científico Agustín Lage Dávila.

«Nos vamos a concentrar, no en el fenómeno total de la transmisión de la COVID-19, sino en una parte del problema que es la enfermedad severa», introdujo el experto; y ese anuncio dio paso a una explicación muy útil, donde quedó claro que hay tres componentes para reducir la mortalidad provocada por la epidemia: controlar la transmisión; controlar la transición a la severidad; y dar un adecuado tratamiento a la enfermedad grave.

El Doctor Agustín Lage recordó que el porcentaje de fallecidos con relación a la cantidad de enfermos es el indicador que expresa la letalidad: «En el año 2020, precisó, hubo un pico de letalidad en todos los países», el cual comenzó a descender a partir de la experiencia que se fue adquiriendo, y de la reacción de diferentes naciones en el propósito de lograr el control.

«A lo largo de la epidemia, en el 2020 y en el 2021, Cuba mantuvo indicadores de letalidad por debajo de la mayoría de los países, y eso es un elemento positivo», afirmó Lage Dávila, quien no pasó por alto otro elemento en positivo: el porcentaje de pacientes que han ido a nuestras unidades de cuidados intensivos «se ha movido entre el uno y el dos, (…) y en la última etapa de la enfermedad (esa cifra) no nos ha subido mucho».

«Es verdad que tenemos más casos graves, pero tenemos más casos graves porque tenemos más enfermos», reconoció el científico, quien se detuvo en otras dos realidades: Hay una determinada tendencia al aumento de la letalidad, sobre todo en los últimos tres meses; y al mismo tiempo se observa una disminución de la edad promedio de los pacientes que están en las terapias intensivas.

Estos fenómenos de la transmisión y de la transición a la severidad —explicó Agustín Lage— no se dan igual en todos los territorios: «hay (lugares) donde tenemos una transmisión acelerada, y tenemos una mortalidad proporcional a eso, o incluso por debajo de eso; y hay territorios donde, con menos transmisión, tenemos más mortalidad».

El experto destacó que a partir de septiembre se ha estado comenzando a notar el efecto, en sentido positivo, del proceso de vacunación. Y acerca del combate por reducir las  cifras de la transición a la severidad, resaltó la importancia no solo de vacunar sino también de «nuestra capacidad para clasificar a los pacientes adecuadamente, que el paciente vaya a donde tiene que ir, y que se trate de acuerdo a sus factores de riesgo».

Sobre esa última premisa, conocida como «estratificación», compartió una interesantísima explicación la Dr.C. Lilia Morales Chacón, del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), quien definió a esa herramienta como «un pilar importante en el control de la pandemia».

Ubicar a cada uno de los pacientes según sus características clínicas y demográficas, y en sus escenarios diferentes, resulta impactante para ajustar cada terapéutica, dijo la experta, quien compartió detalles sobre un estudio realizado en 1 504 pacientes de todas las provincias y del municipio especial Isla de la Juventud, que ha buscado evaluar «fenotipos distintivos que podrían tener una asociación con el desenlace final de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos».

En las palabras de la doctora estaba su desvelo, y el mostrado por sus colegas en estos tiempos, para ganar terreno a una enfermedad en la cual la heterogeneidad —rasgo adverso a la estratificación— es innegable. La COVID-19, como ella reflexionó, presenta múltiples incógnitas, por su tiempo de existencia, y por sus características.

El Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, hizo énfasis en que la vida ha demostrado que, a pesar de todos los desafíos que plantea la enfermedad, pueden ser revertidas las situaciones adversas. «Se ha demostrado que se puede», subrayó el Jefe de Gobierno, quien volvió sobre la importancia de que la principal batalla tenga lugar en cada territorio, siempre a tenor con las necesidades de cada uno de ellos.

Seguidamente, con el mismo tono de plantar pelea sin tregua a la epidemia, sesionó la reunión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19, la cual estuvo encabezada por el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.

Como es habitual, la videoconferencia hizo posible el intercambio con las autoridades de cada provincia y del municipio especial Isla de la Juventud, en aras de analizar no solo los indicadores epidemiológicos sino también la actual disponibilidad de oxígeno medicinal, así como la situación electroenergética, la cual sigue siendo compleja.

El Director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Dr. Francisco Durán García, compartió en el encuentro varios datos de interés; entre ellos, que en los últimos quince días fueron diagnosticados 121 052 casos positivos al nuevo coronavirus, para una tasa de incidencia de la transmisión de 1 082,2 por cada 100 mil habitantes. Las provincias que en tal indicador mantienen las mayores cifras son Pinar del Río, Sancti Spíritus, Las Tunas, Camagüey, Artemisa, Mayabeque, y Villa Clara.