Avanza recuperación en Santiago de Cuba
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El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, comprobó en dos de los lugares más golpeados por el huracán Melisa en Santiago de Cuba, Aserradero de Guamá y El Cobre, el desarrollo de las acciones de recuperación. Pobladores de Guamá envían saludos al General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución.
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GUAMÁ, Santiago de Cuba.- Por aquí, el municipio por donde entró el huracán Melissa e impactó con toda su fuerza destructiva y en no pocos lugares unió las aguas del mar con las de los ríos, inició su segundo día de recorrido por el oriente cubano el Presidente del Consejo de Defensa Nacional (CDN), Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En la noche del martes, procedente de Rio Cauto, Granma, el mandatario arribó a Santiago de Cuba, donde de inmediato sostuvo un encuentro con el Consejo de Defensa Provincial para evaluar las tareas de la recuperación en la provincia que más daño sufrió por el impacto de los vientos y las lluvias del meteoro.
En la mañana de este miércoles, junto al miembro del Buró Político y secretario de organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda, un equipo de ministros y viceministros, así como las principales autoridades de Santiago de Cuba, el Jefe de Estado recorrió la Carretera Granma hasta Babujal, donde la vía que une a la ciudad de Santiago de Cuba con Pilón quedó interrumpida por la fuerza combinada de los vientos, las lluvias y las olas.
Beatriz Johnson Urrutia, presidenta del Consejo de Defensa provincial de Santiago de Cuba, explicó a Díaz-Canel que a partir de ahí y otros dos derrumbes similares más adelante, es imposible el tránsito por carretera hacia las comunidades de Palma Mocha, La Cueva y La Plata, incomunicadas desde el paso de Melissa, por lo que es necesario enviar víveres y medicinas en helicópteros.
El Presidente cubano dialogó con el viceministro primero de la Construcción, Ángel Vilaragut, y jefes de empresas constructoras locales, sobre la estrategia para restablecer el paso lo más pronto posible, porque ahora, dijo, Guamá está dividido en dos.
La situación de la carretera también fue verificada por Díaz-Canel en el Puente del Uvero, que quedó intransitable tras un socavón en la entrada del lado este, pero donde ya una brigada especializada trabaja en su relleno, aunque para asegurar el tránsito fue necesario hacer un desvío.
El mandatario llamó a reforzar las brigadas ingenieras de la construcción y a buscar una solución perdurable en esta hermosa carretera entre el Mar Caribe y la Sierra Maestra, para que así pueda resistir los impactos de eventos climáticos extremos futuros.
También intercambió con los pobladores del consejo popular Aserradero, una comunidad donde el ojo del huracán se mantuvo entre 35 y 40 minutos, y a la que ya están llegando los materiales para recuperar las viviendas afectadas.
Las vituallas de la construcción ya incluyen 2 500 tejas de fibrocemento, un impulso para avanzar en el principal problema que afronta el fondo habitacional de la localidad, donde 938 de sus 1 932 viviendas fueron dañadas, según explicó Norelvis Pérez Sánchez, presidenta del consejo popular.
En Aserradero las personas todavía están impactadas, por lo que el Jefe de Estado les pidió trabajar todos, poco a poco, por devolverle a esta zona histórica del país su belleza natural y la idiosincrasia y alegría de una población que tiene el privilegio único de vivir entre el mar y la sierra.
Un poco más adelante, en el pueblecito de Cojímar, donde la totalidad de sus casas, 187, fueron golpeadas, sus vecinos están inmersos en la recuperación.
Lo están haciendo en un tremendo ambiente de solidaridad, lo mismo para ir colocando las estructuras de los techos como para la cocción de alimentos, en especial la caldosa colectiva, condimentada también por la música y la alegría contagiosa de su gente.
Para los lugareños fue muy importante que el propio Presidente de la República se bajara a compartir un rato con ellos, a animarlos y a contagiarlo con la confianza que aquí se vive de que nadie quedará desamparado.
Los vecinos relataron la difícil madrugada del 29 de octubre y los días que le han sucedido. Le abrazaron y agradecieron por estar allí, por la ayuda que están recibiendo y aprovecharon para mandarle, ante todo, un cariñoso saludo al General de Ejército Raúl Castro Ruz, «quien tanto quiere a este pueblo humilde», decía una de las venerables damas de la barriada.
EN EL COBRE
El icónico poblado de El Cobre muestra hoy una imagen desoladora por los estragos que hizo el huracán Melissa. Hasta aquí llegó también el Presidente cubano, quien llamó a la participación de todos en la recuperación.
Es visible el trabajo de brigadas especializadas y de las FAR y el MININT para levantar de nuevo, en todo su brillo, uno de los sitios emblemáticos de la nacionalidad cubana; sin embargo, las capas de areniscas que aún quedan del desbordamiento del río, la pérdida parcial o total de techos en no pocas viviendas, y la partidura y quemazón del arbolado urbano y la manigua aledaña, siguen dando testimonio de lo tremendo que fue el paso del huracán; y también de lo mucho que se ha hecho y falta por hacer, porque hay daños que son imposibles de recuperar de manera inmediata.
El 52 por ciento de las viviendas de El Cobre sufrió daños, especialmente en las cubiertas, que aquí son mayormente de tejas y zinc. A una semana del paso del evento hidrometeorológico, empero, la oficina de trámites trabaja con diligencia y el punto de venta de materiales de la construcción se está abasteciendo; ya 31 familias tienen lista la documentación para la compra de materiales.
En El Cobre residen unas 17 000 personas, que junto a quienes viven en los poblados aledaños, que de igual forma fueron severamente impactados, suman más de 30 000 pobladores. La impresión de los lugareños es que Melissa fue mucho más fuerte que el Sandy, otro gran fenómeno natural que desafió la vida de los santiagueros.
Díaz-Canel indagó sobre las afectaciones en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, donde ya se ha comenzado a trabajar, mientras se realizan gestiones para la cooperación técnica de la Oficina del Historiador de La Habana para la restauración de sus seculares vitrales.
La parroquia, por su parte, está apoyando al barrio con el suministro de agua potable y para la recarga de los baterías de los celulares, entre otras acciones. Igual ayuda presta la localidad, que dedica dos pequeñas plantas eléctricas para cargar móviles y lámparas, así como cerca de cien pobladores que han puesto al servicio de sus vecinos, la generación de sus plantas.
En medio de la emergencia, cuyos estragos están todavía a flor de piel, el apoyo y la solidaridad no se han detenido en El Cobre.
En diálogo con Díaz-Canel, los pobladores agradecieron lo que se ha hecho y también expusieron sus insatisfacciones, como llegar con más agilidad a las comunidades alejadas, así como resolver problemas acumulados, desde antes del paso del huracán, como el servicio de agua potable a una pequeña comunidad cercana.