Que Martí nos siga convocando, que su optimismo sea horizonte y magisterio
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El Presidente Díaz-Canel pronunció las palabras de clausura de la VI Conferencia Internacional “Por el equilibrio del mundo”, que convocó en La Habana a mil 233 delegados, de ellos 739 extranjeros, la cifra más alta de los últimos años, lo que confirma la trascendencia de este foro martiano y plural.
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“Desde esta tribuna que le erigimos a su memoria, quiero compartir con ustedes el ferviente deseo de que Martí nos siga convocando, que su optimismo, levantado como una espada, incluso en los escenarios más adversos, sea horizonte y magisterio”.

Así dijo este viernes el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la clausura de la VI Conferencia Internacional “Por el equilibrio del mundo”, que convocó en La Habana a mil 233 delegados, de ellos 739 extranjeros, la cifra más alta de los últimos años, lo que confirma la trascendencia de este foro martiano y plural.

El Jefe de Estado agradeció a los participantes “la osadía de hacer efectiva su solidaridad con Cuba de manera presencial, porque, no sólo lo hacen asumiendo costos de pasaje y estadía, sino que se enfrentan a amenazas y castigos, especialmente concebidos para condenarnos a la soledad, ya que ninguna otra arma ha funcionado en el intento de rendir al pueblo rebelde y digno de Fidel y Raúl Castro”.

La masiva asistencia a esta conferencia, consideró, es además un estímulo tremendo al pueblo de Cuba, porque “es un reconocimiento a su heroica resistencia en el contexto de un mundo en amenazante desequilibrio para nuestra especie, donde hasta la dignidad se negocia”.

Eso lo sabe muy bien Cuba, aseveró, “que está pagando hace 66 años el altísimo precio de no tener precio”.

Foto: Estudios Revolución

Explicó Díaz-Canel que, a los cubanos, “Martí nos acompaña de modo incesante. Su presencia va desde un sencillo busto dedicado a él en una escuela, un taller, una fábrica o un hospital, hasta el deslumbramiento que nos sigue asaltando mientras leemos sus versos o sus definiciones que parecen escritas para el siglo XXI”.

Pero Martí acompaña no solo a los cubanos, acotó, “sino a todos los ciudadanos del mundo que creen con firmeza en la posibilidad de mejorar y equilibrar ese mundo, y que lo hacen a contracorriente de la barbarie hoy visible en el apogeo de la codicia y en los dolores infinitos que provocan los codiciosos por su desprecio absoluto al sufrimiento humano”.

El Presidente cubano denunció el “holocausto palestino a manos del gobierno de Israel y de quienes alimentan esas ganas de matar, pero también de la persecución brutal y la humillante deportación, esposados y encadenados, de miles de migrantes que se han quebrado las espaldas bajo el látigo del desequilibrio económico que los obligó a emigrar”.

Habló de Cuba, cientos de veces víctima del terrorismo, cuyo noble nombre han incluido y vuelto a incluir en una lista infame de supuestos patrocinadores del terrorismo, para que los obedientes bancos internacionales le cierren las puertas a cualquier gestión que tribute a solventar las necesidades básicas de nuestro pueblo, apuntó.

Foto: Estudios Revolución

Díaz-Canel denunció también la ilegal ocupación estadounidense del territorio en Guantánamo, “base militar y prisión donde se tortura y se encierra en un limbo legal a personas que el imperio declara enemigas y culpables, la mayoría de las veces sin una sola evidencia de su crimen”.

Como si no bastara esa infamia que ha sido condenada cientos de veces por tribunales internacionales, precisó, ahora nos dicen que a la Base Naval en Guantánamo mandarán 30 mil deportados. “Otra vez la ilegalidad, el desconocimiento de los tratados internacionales, la idea inaceptable de que hay países y personas superiores al resto”.

A pesar de los pesares y de las órdenes presidenciales de los amos del mundo, afirmó Díaz-Canel, no vamos a callar frente a la infamia. Ni vamos a perder la confianza y “la fe en el mejoramiento humano, la vida futura y la utilidad de la virtud”.

No nos rendimos, aseveró el mandatario. “Aprendimos con Martí que del dolor y de la necesidad de ponerle fin, nacen las fuerzas y la voluntad para enfrentar y vencer los mayores desafíos”.

El Presidente de Cuba se refirió en su discurso a la conducta y las pretensiones agresivas de Estados Unidos, “que se manifiestan con el gobierno recién instaurado, amenazan a la propia población de ese país, sobre todo a los segmentos más humildes y desposeídos. Amenazan también la paz internacional, incluyendo la de nuestra región de América Latina y el Caribe. No es posible ignorar esa realidad”.

Foto: Estudios Revolución

Las fuerzas políticas, económicas y sociales que más influencia han cobrado, apuntó, “abrazan ideas xenófobas, racistas, discriminatorias y de supremacía que la humanidad se esforzó superar tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del nazi-fascismo hace 80 años”.

“Son políticas cuyo resultado más palpable es el crecimiento de las desigualdades, la polarización social, la exclusión, la desconfianza hacia el prójimo, y las fricciones culturales, étnicas y religiosas. Sus resultados son también la emigración, el crecimiento de la ilegalidad, el narcotráfico y la corrupción”, explicó el Jefe de Estado.

“Las naciones en desarrollo y en especial sus pueblos tienen derecho a soñar que un mundo mejor es posible y tienen el derecho a luchar por él”, sentenció Díaz-Canel.

Abogó el mandatario por un orden internacional distinto al actual, “un orden verdaderamente democrático, en el que todas las naciones tengan la oportunidad de aportar y estar realmente representadas en igualdad de condiciones. Debe ser un orden sostenible, que promueva la paz, la seguridad de todos, la justicia social, la prosperidad equitativa, el respeto a la pluralidad cultural, étnica y religiosa”.

Foto: Estudios Revolución

Que ese nuevo orden, urgió, “promueva el acceso democrático a la ciencia y la tecnología, y los derechos humanos para todos, no solo para élites privilegiadas; que se base en la tolerancia, la solidaridad, la cooperación y el respeto al derecho de cada país a escoger su sistema político económico y social sin injerencia extranjera”.

Tengamos como anhelo legítimo, dijo, “convertirnos, con el esfuerzo diario y los mejores sueños, en verdaderos discípulos de José Martí, así como lo hizo Fidel y con él la Generación del Centenario de Martí, como lo hicieron tantos hombres y mujeres dignos”.

Desde Cuba libre y soberana, que resiste y crea sin cansarse, llevando en el pecho “las doctrinas del Maestro”, como Fidel ante los que le juzgaban en 1953, les ratificamos a los martianos de todas partes que nos han acompañado en estos días, que seguiremos luchando por el equilibrio del mundo, como contribución a la preservación de la especie, concluyó.

Junto al Jefe de Estado estuvieron en la clausura, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; el primer ministro Manuel Marrero Cruz; el secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda; y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, todos miembros del Buró Político.

Durante estas jornadas, el Palacio de Convenciones fue sede de los debates sobre temas tan acuciantes como la necesidad de un nuevo orden internacional, la cultura de paz, el frente común contra la guerra y el fascismo, el cuidado del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos, entre otros. La próxima edición de este magno evento está fijada del 26 al 30 de enero del 2027.

Foto: Estudios Revolución