La nostalgia, el amor, y un nudo en la garganta
Internacionales

Un diálogo natural, transido de buena voluntad y de emociones tuvo lugar, en la mañana de este sábado, entre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y representantes de la comunidad cubana residente en Portugal.
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LISBOA, Portugal.-Un encuentro muy cercano sostuvo en la mañana de este sábado el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con una familia diversa, incluidos sus descendientes más jóvenes -cubanos que aquí viven, trabajan y sueñan, y que no han olvidado al suelo natal-.

Fue un diálogo natural, transido de buena voluntad, de emociones y nostalgias que emergieron en los testimonios de quienes tienen su corazón conectado a la suerte de la Isla. Y el hilo principal fue precisamente el amor, la elección por la paz y el trabajo, esas fortalezas que animan a muchos hijos de Cuba que viven en varias latitudes, y de las que no suele hablar la maquinaria mediática que sueña con el fin de la Revolución cubana.

“Les agradezco que estén aquí, que estén presentes, que hayan dedicado una parte de sus tiempos a estar con nosotros”, dijo el Jefe de Estado al grupo integrado por miembros de la comunidad cubana residente en Portugal. Y ese fue el comienzo de una explicación suya, al detalle, sobre la vida en la Mayor de las Antillas. 

Era muy importante, dijo el dignatario, el encuentro, porque tiene que ver con dar continuidad al diálogo que comenzó en 1978 entre la nación cubana y sus emigrados, y que se ha mantenido hasta hoy, animado en el propósito de que se vea con creciente naturalidad ese tipo de relación.

A quienes hacen sus vidas en la nación ibérica y nacieron en tierra cubana, Díaz-Canel les reconoció la actitud que han mantenido de cercanía con la Isla y con sus familias. Y en tal sentido valoró que se trata de una actitud con la cual ellos han ido construyendo una cercanía con la embajada cubana en Lisboa, algo que sin dudas es expresión de unidad y de compromiso con el país caribeño.

Ustedes son parte de la nación cubana, dijo el mandatario a sus interlocutores, en quienes reconoció el compromiso que han mantenido para con la tierra natal. Y a ellos les habló sobre los momentos difíciles que está viviendo Cuba.

Foto: Estudios Revolución

Semblanza de la Isla

Las mayores dificultades en el país caribeño, recordó el Presidente Díaz-Canel, comenzaron a darse a partir del segundo semestre del año 2019, cuando se hicieron muy palpables los efectos de un bloqueo recrudecido, y cuando por decisión imperial se internacionalizó la práctica de ese cerco a partir del título III de la Ley Hemls Burton.

El desabastecimiento de alimentos, de medicamentos, el no acceder a las principales fuentes de financiamiento estuvieron entre las principales consecuencias de un bloqueo arreciado, que se hizo sentir todavía más cuando en enero del año 2020 Cuba fue incluida, por decisión imperial, en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Así lo explicó el Jefe de Estado, quien comentó que a veces algunos no comprenden del todo la magnitud, el impacto real que entraña para el país estar en esa lista de castigo.

Capítulo inevitable de la saga de desafíos y batallas fue el de la COVID-19, tema sobre el cual el mandatario habló a los cubanos que residen en tierra portuguesa. Siempre estremece volver sobre aquellas horas de pandemia, y sobre cómo Cuba, con sus científicos, logró las vacunas que nadie le daría.

Los científicos cubanos hicieron vacunas sólidas, reflexionó el dignatario, quien no pasó por alto que gracias a ese logro la Isla es hoy el segundo país, en el planeta, que más dosis ha administrado por habitante, y el único país subdesarrollado que hizo una vacuna eficaz. A propósito, no olvidó que faltaban jeringuillas y otros insumos con los cuales inmunizar, ante lo cual resultó decisiva la solidaridad, como la portuguesa, y la de otras naciones que hicieron posible el proceso de vacunación.

Las etapas de enfrentamiento al terrible coronavirus; la entrada a la Isla de la muy agresiva variante Delta; los resultados en inmunidad, a punto de partida del proceso de vacunación solo posible gracias a la ciencia cubana; la negación del gobierno de los Estados Unidos a la Isla, de comprar ventiladores pulmonares -los que fueron construidos, y por cierto con altas prestaciones, por cubanos muy jóvenes. Sobre esos temas habló también el Jefe de Estado, quien extendió su explicación hasta los sucesos del 11 de julio, “donde todo no fue tan pacífico como dicen”.

En lo referente a ese último momento, el Presidente Díaz-Canel trajo a colación que hubo quienes fueron muy violentos, quienes salieron dispuestos a quemar estaciones de policía, a matar, a robar. “Eso, dijo, era indudablemente un hecho contra la tranquilidad ciudadana”.

El dignatario enunció que las personas fueron procesadas por hechos vandálicos, y que sobre aquel día se ha especulado y se ha llegado a afirmar que en Cuba hay dictadura, visión que, como reflexionó el mandatario, forma parte del “contagio mediático” hostil a la Revolución.

Al bloqueo recrudecido -analizó el Jefe de Estado en otro momento- se suma hoy la guerra hecha desde las redes sociales; y el tercer elemento, añadió, es un programa de colonización cultural, para que el pueblo cambie sus paradigmas, su identidad -es un programa que forma parte de la posición hegemónica imperial.

Foto: Estudios Revolución

El verdadero mensaje es de paz

Muchos momentos fueron postergados por la pandemia de COVID-19; la IV Conferencia de la Nación y la Emigración, por ejemplo, fue uno de ellos. Sobre el asunto habló el Presidente Díaz-Canel con los representantes de la comunidad residente en Portugal; y al respecto subrayó que la importante cita tendrá lugar en noviembre próximo, y en ella serán valiosas la aspiraciones y expectativas que los participantes expresen.

A propósito de la imagen que pretenden dar los monopolios mediáticos sobre los cubanos que han emigrado -presentados como personas transidas de odio-, el Jefe de Estado valoró en alto grado el modo en que los hijos de Cuba, residentes en el exterior, manifiestan su mensaje de paz. “Lamentablemente, reflexionó, hay cubanos que se han plegado a las campañas mediáticas”, pero la mayor parte, dijo, de la comunidad cubana residente en el exterior mantiene las posiciones hacia su país con ese mensaje de paz.

De paz, de nostalgia, de amor fueron las ideas expresadas en el encuentro de este sábado por cubanos que viven en Portugal y que hablaron como se habla en el seno de una familia: con sinceridad y mucho sentimiento.

La moderadora del intercambio -la embajadora de Cuba en la República Portuguesa, Yusmari Díaz Pérez- había presentado  a esa “familia pequeña” que había ido al encuentro con el Presidente: médicos, informáticos, amas de casa, universitarios, jubilados, gastronómicos, y hasta niños de muy corta edad. A ellos les pidió que se expresasen como solemos hacer en un hogar: hablando de lo bueno y de lo malo; porque en tiempos difíciles, dijo, es valioso hablar y actuar como familia.

En un encuentro que la joven embajadora calificó de “oportunidad histórica”, se escucharon las voces de quienes llevan las raíces, todavía muy vivas, en el corazón y en la memoria: Y habló Vladimir, un santiaguero que en la Isla se formó como informático y que en Portugal funge como financiero. “Nuestro país forma muy bien; todo lo que soy fue forjado allí”, dijo él, quien felicitó al gobierno cubano por emprender caminos de fomento de pequeños negocios.

Vladimir sueña con tener su pequeño negocio en Cuba, y aunque comentó que en el plano normativo todavía queda mucho trabajo pendiente, hizo un sincero elogio a los pasos que ha dado el gobierno cubano para activar diversos actores económicos.

La comunidad cubana en Portugal es una comunidad de trabajo, afirmó otro emigrado. Y emocionó escuchar a un médico, especialista en misiones de catástrofes, quien ha laborado en Turquía, en Haití, y en otros escenarios, pero que no olvida el alto nivel profesional de los nacidos en su tierra natal, por quienes siente verdadero orgullo. “Hay   mucha hipocresía en quienes pretenden dar otra imagen de Cuba”, dijo el doctor.

En ese punto del encuentro las emociones se desataron. Un cubano residente en Portugal confesó estar muy nervioso, con un nudo en la garganta. Una mujer dijo a propósito del mandatario: “Necesito un abrazo de este hombre”; y la respuesta del Presidente no se hizo esperar: “Nosotros también necesitamos un abrazo de ustedes…”.

Se escurrió el tiempo y el Jefe de Estado invitó a tomarse fotografías familiares. En medio de la vorágine, un sentimiento muy fuerte se hizo sentir, como siempre sucede cuando cubanos que viven separados por las aguas, siguen unidos por el amor y el respeto hacia la tierra que los vio nacer.

Foto: Estudios Revolución