Díaz-Canel: «Si no cambiamos el actual desorden mundial, la codicia y el egoísmo de unos pocos nos precipitarán al abismo»
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XIV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo confirma ser un espacio necesario y excepcional para el debate y la reflexión de los temas más acuciantes del mundo de hoy.Convocan a la celebración dela XV edición en 2025
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Con la convocatoria a celebrar en el año 2025 el XV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, ahora con carácter bianual, concluyó este viernes la XIV edición de un encuentro donde sigue prevaleciendo el debate plural para continuar arrojando luz sobre los procesos asociados a la globalización, su impacto en el desarrollo y encontrar soluciones comunes que necesitan nuestros pueblos.

El evento, retomado diez años después, confirmó nuevamente ser un espacio necesario y excepcional para el debate y la reflexión de los temas más acuciantes del mundo de hoy.

Celebrado entre el 14 y el 17 de noviembre, participaron, provenientes de 47 países, 131 especialistas de los más diversos sectores sociales, académicos y productivos, y otros 21 lo hicieron de forma virtual, también asistieron más de 500 cubanas y cubanos, a quienes se sumaron alrededor de 80 invitados en cada jornada.

En el discurso de clausura, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, subrayó que este «encuentro es un homenaje a la idea fundadora del Comandante en Jefe Fidel Castro, a su incansable búsqueda del mejor de los caminos hacia la emancipación humana y la supervivencia de nuestra especie, a la que el capitalismo neoliberal empuja irracionalmente hacia su extinción».

«Durante estos días me he preguntado en silencio, escuchando atentamente cada intervención, si existe hoy en el mundo una economía en desarrollo que se haya librado de las consecuencias del desorden global y le esté ofreciendo prosperidad a su pueblo», se preguntó el Jefe de Estado en otro momento, y no oí —añadió— «citar ningún ejemplo».

Es por esto, expusó, que tendremos que concluir «que la tiranía del mercado al servicio de las economías más poderosas del planeta no sólo no ha resuelto ninguno de nuestros problemas, sino que nos ha llevado a caer en lo que mi querido amigo Frei Betto llama la globocolonización».

En el inicio de sus palabras, al saludar a economistas y cientistas sociales, Díaz-Canel reservó especial lugar para las nuevas generaciones que participaron en el encuentro, donde celebraron un Foro de Jóvenes y Estudiantes universitarios.

«Puse en útimo lugar a los estudiantes (en mi saludo), porque me siento parte de ellos. En un escenario como éste, lleno de académicos y de profesores, exponiendo sus ideas sobre los problemas globales, ¿quién no se siente un estudiante?, especialmente hoy, 17 de noviembre, Día Internacional de los Estudiantes», expuso.

«Los felicito y los convoco, queridos estudiantes de Ciencias Económicas. Ustedes tienen por delante el desafío gigantesco de ayudar a resolver el mayor problema: que nuestra economía derribe los muros del bloqueo. Y de probar, con esfuerzo y talento, cuánto es capaz de lograr el socialismo, también en la economía».

En nombre del pueblo y gobierno cubanos, el Presidente transmitió un profundo agradecimiento a los visitantes extranjeros por «sus fuertes expresiones de rechazo al genocida bloqueo, junto a la solidaridad y apoyo a nuestro heroico pueblo, que hoy resiste y crea enfrentando las enormes dificultades derivadas del cerco económico y financiero, incluyendo las que golpean directamente a la familia cubana».

Díaz-Canel ponderó la trascendencia de los sustantivos debates del evento. Los calificó como «un intercambio vivo e intenso de criterios y experiencias diversas que (...) tributan a un mismo objetivo: hacer que las ventajas de la globalización funcionen para las grandes mayorías de todos los países y no sólo para las élites de un grupo selecto de naciones que construyeron su prosperidad a costa del empobrecimiento de las nuestras».

Señaló más adelante que la confrontación de ideas que hubo en el encuentro, como un principio que ha caracterizado a todas las ediciones del mismo, se le debe a su principal gestor, Fidel.

Recordó así que desde el inicio de estos eventos a hoy, el «mundo ha cambiado dramáticamente», lo que quedó confirmado, «de golpe, con la reciente pandemia que paralizó al planeta durante largos e inciertos meses y nos dejó a todos en peores condiciones, por no darle su oportunidad a la cooperación y la solidaridad».

«Viejos y nuevos conflictos —agregó— se transforman (hoy) en guerras de las que sólo sacan ganancias los fabricantes y los traficantes de armas. El multilateralismo emergente trata de avanzar en un camino minado por obsoletos afanes imperiales. La ONU, sus organizaciones y principios son constantemente burlados y violados por haber demorado demasiado tiempo su necesaria democratización».

Y si no cambiamos el actual desorden mundial, alertó el Presidente cubano,«la codicia y el egoísmo de unos pocos nos precipitarán al abismo, del cual no podrán salir tampoco quienes se empeñan en impedir un paradigma de coexistencia diferente; un mundo más justo, inclusivo y equitativo, que ofrezca a las naciones empobrecidas oportunidades reales para una vida digna y sostenible, en el que por fin desaparezcan el hambre y la pobreza, y en el que se respete el derecho a la vida y al desarrollo».

Asistieron a la sesión final, los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz, primer ministro, y Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; el miembro del Secretariado del Comité Central y jefe del Departamento Económico Productivo, Joel Queipo Ruiz; y el viceprimer ministro y titular de Economía Planificación, Alejandro Gil Hernández, entre otras personalidades.