América Latina y el Caribe: pueblos unidos por la historia, la diversidad, la resistencia y los sueños de justicia
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Refrenda IX Cumbre de la CELAC, compromiso con el fortalecimiento del mecanismo de integración regional. Resalta plena vigencia de la proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

TEGUCIGALPA.- Estamos seguros de que la CELAC no solo superará los desafíos actuales, sino que mantendrá vivos los sueños pendientes de nuestros pueblos y de nuestros revolucionarios, Bolívar, Morazán, Martí, Sandino, Fidel, Chávez, sentenció la líder hondureña Iris Xiomara Castro Sarmiento en la inauguración del segmento de alto nivel de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que sesionó por estos días aquí.
A cargo de la presidencia pro témpore de la Comunidad desde marzo de 2024, la que ahora entrega a Colombia y a Gustavo Petro, subrayó que nada de lo que han hecho nuestros pueblos, todo por lo que han luchado, es pasado, «todo es presente y todo es futuro. Recordó palabras del comandante Hugo Chávez de que «la utopía está en el horizonte, caminamos hacia ella para no dejar de caminar».
Con la asistencia de once jefas y jefes de Estado y Gobierno de forma presencial, y una intervención del presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, de forma virtual, en la cumbre participaron vicepresidentes, cancilleres y otros dignatarios de los 33 países latinoamericanos y caribeños que integran la CELAC.
En la cita se aprobó una declaración final que abordó temas cruciales para la región, como la integración, la cooperación, la solidaridad, la migración, la nueva política arancelaria de EE.UU. y las medidas unilaterales contra nuestros pueblos, entre otros desafíos que deberá enfrentar la región en los próximos años.
La declaración refrendó el compromiso con el fortalecimiento de la CELAC como el mecanismo de concertación política que integran todos los países de la región, y resaltó la plena vigencia de la proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre CELAC, de La Habana, que sesionó con el liderazgo del General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Los representantes de la Comunidad ratificaron principios como la cooperación internacional, la democracia y el estado de derecho, el multilateralismo, la protección y promoción de todos los derechos humanos; el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía y la integridad territorial; y rechazaron la imposición de medidas coercitivas unilaterales.
HAZ DE UNIDAD FRENTE A LOS RETOS
Jefas y jefes de Estado y de Gobierno, cancilleres y demás representantes de la región, condenaron abrumadoramente el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos y la inclusión de la Isla en la espuria lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
La Presidenta hondureña, Xiomara Castro, señalaría que se está ante un bloqueo «cruel, inhumano, que por más de 64 años sufre el heroico pueblo cubano», y —agregó— Cuba tampoco «exporta terroristas; Cuba exporta maestros, científicos, médicos y la dignidad que demandan nuestros pueblos».
En otro momento de su discurso enfatizó que la Comunidad debe ser herramienta de cooperación, soberanía, solidaridad y defensora de la autodeterminación de nuestros pueblos.

La solidaridad con Haití y el reclamo de que su destino sea determinado por su pueblo y no por injerencia extranjera, también fue consenso; así como desarrollar acciones firmes en este sentido y realizar una cumbre para apoyar con hechos al hermano pueblo.
Constituyó una posición agradecida por Leslie Voltaire, presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, quien afirmó que hoy más que nunca su país necesita del respaldo de la CELAC.
Con hermosas palabras, cargadas de simbolismos, el presidente colombiano, Gustavo Petro, señaló que hoy el mundo, y en especial Nuestra América, está en una disyuntiva, el camino de la soledad — en clara referencia a las políticas proteccionistas y aislacionistas que está adoptando la nueva administración estadounidense—, o el camino del multilateralismo, que es la salida a la que nuestros gobiernos y pueblos deben aferrarse sino quieren desaparecer como tal, dijo.
«América Latina —aseveró— no puede bajar la bandera de la dignidad humana» y esa está en el multilateralismo, lo otro es monarquía». Ninguno de nuestros desafíos, añadió, debe ser asumido en soledad; nuestras respuestas tienen que ser colectivas; en nuestra agenda, tiene que estar la ayuda, la colaboración, la solidaridad.
El actuar de nuestros pueblos, reiteró, tiene que ser en común, no puede ser en soledad, como nos enseñó la COVID, que nos dejó uno de los más altos promedios de mortalidad, debido a que estábamos esperando que nos mandaran las vacunas, y llegaron tarde. Pero Cuba, recordó, nos dio el ejemplo de cómo debe hacerse; entonces, ¿por qué no hacemos lo que hizo Cuba a escala latinoamericana? ¿Por qué no nos ligamos, en vez de con la muerte, con la vida?
Los retos que enfrenta hoy el mundo y la región también fueron abordados por la líder mexicana Claudia Sheinbaum. «Hoy, después de 15 años del primer encuentro de esta comunidad, nos encontramos en un escenario internacional muy distinto, apuntó recordando la reunión de los países de la región en Cancún, en 2010, que dio paso a la fundación de la CELAC en 2011.
Estos —señaló— son momentos de cambios profundos, y es legítimo que cada uno de nosotros busque lo mejor para su pueblo y su nación; sin embargo, considero que hoy más que nunca es un buen momento para reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad de sus gobiernos y de sus pueblos para fortalecer la integración.
«Latinoamérica y el Caribe —explicó— no solo somos una región de proximidad geográfica, somos una comunidad de destino unida por la historia, por la diversidad, la resistencia y sobre todo por los sueños de justicia».

«Desde México —señaló— partimos de una premisa básica, una región más unida es una región más fuerte que puede articular soluciones y propuestas concretas de integración y acciones de cooperación en comercio, educación ciencia, desarrollo tecnológico, energías limpias, conservación de la biodiversidad, con la visión de construir siempre sociedades más igualitarias».
«Ningún país de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás, ninguna niño o niña de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás, ningún hombre o mujer de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás», enfatizó Sheinbaum, quien tras un recorrido por las potencialidades y fortalezas de la región, invitó a hacer una Cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe.
«A los latinoamericanos y caribeños —subrayó— nos hermana la historia, la cultura y la geografía de un continente que se extiende sobre dos hemisferios y entre dos océanos».
La Presidenta mexicana se pronunció por que la nuestra sea una región de paz y prosperidad y donde todos los pueblos estén unidos y libres de medidas unilaterales, por lo que llamó a decirle «no al bloqueo a Cuba y no al bloqueo a Venezuela».
LA INTEGRACIÓN ES INAPLAZABLE
Esperadas en la IX Cumbre también fueron las palabras de Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, quien hizo un recorrido por el largo camino que han tenido que transitar nuestros pueblos, pueblos, dijo, que ahora más que nunca necesitan estar unidos, pero que la realidad, al menos en la esfera económica, lo contradice, pues, argumentó, el intercambio comercial interregional es de apenas el 14 por ciento de los bienes que aquí se producen.
En iguales términos se pronunció el presidente boliviano, Luis Arce Catacora, quien expresó el compromiso de su país «con una integración basada en la complementariedad, el reconocimiento de las asimetrías y la solidaridad», y propuso fortalecer los mecanismos de cooperación económica que permitan sortear las vulnerabilidades del sistema financiero internacional, incluyendo el uso de monedas locales para el intercambio comercial.

También hicieron uso de la palabra, los presidentes de Uruguay, Yamandú Orsi, y de Guatemala, Bernardo Arévalo, y los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; y de Guyana, Mark Phillips.
El último mandatario en tomar la palabra en la reunión, que continúo luego con intervenciones de cancilleres y otros jefes de delegaciones, fue el presidente Nicolás Maduro Moros, de Venezuela, a través de videoconferencia.
Señaló que la CELAC tiene grandes retos, por lo que «nuestra Unión —dijo— tiene que reinventarse y adaptarse de manera creadora a estos tiempos, que están en pleno proceso de desarrollo».
«La ofensiva que hay contra el mundo entero, contra nuestra región, para tratar de imponer una época de dominación imperial, nos obliga —explicó Maduro— a plantearnos un despertar colectivo de la conciencia de los pueblos y los gobiernos que amamos nuestra soberanía, nuestra autodeterminación y tenemos un amor profundo por el sueño de un futuro en libertad con soberanía y una independencia con la prosperidad ganada y trabajada por nuestros pueblos».3