Convocados por organizaciones de izquierda para apoyar a Cuba, a la Revolución y al Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en su visita a este país, la vigilia —que fue militante y jubilosa— se asumió como deber y obligación por los congregados.
Muchachos de la Asociación Hermanos Saíz “tomaron por asalto” el Palacio de la Revolución para dialogar con el Presidente Díaz-Canel de sus experiencias de trabajo y sus visiones sobre cómo construir una nación mejor. Fue un asalto de compromiso con Cuba desde el arte.